El mundo sensorial es el primer gran campo de aprendizaje para los bebés. A través de los sentidos, los más pequeños comienzan a comprender el mundo que los rodea, a desarrollar habilidades cognitivas y emocionales, y a fortalecer su vínculo con quienes los cuidan. ¿Lo mejor? Las actividades sensoriales no solo son efectivas, sino que también son divertidas y fáciles de implementar con materiales caseros. Aquí tienes cinco ideas originales para estimular su desarrollo.
1. Arroz de colores: diversión para las manos
Materiales:
- Arroz blanco
- Colorantes alimentarios
- Bolsas de plástico con cierre hermético
- Vinagre o alcohol
Cómo hacerlo:
Mezcla un poco de arroz con unas gotas de colorante y unas gotas de vinagre o alcohol en una bolsa hermética. Agita hasta que el color se distribuya uniformemente, déjalo secar y ¡listo! Coloca el arroz de colores en un recipiente grande y deja que el niño explore con sus manos.
Beneficios:
Estimula la motricidad fina mientras desarrollan su sentido del tacto y su capacidad de concentración. Puedes esconder pequeños juguetes en el arroz para agregar un desafío adicional.
2. Botellas sensoriales: el mundo en miniatura
Materiales:
- Botellas de plástico vacías y limpias
- Agua
- Aceite vegetal
- Purpurina, cuentas, botones, pompones o figuritas pequeñas
Cómo hacerlo:
Llena las botellas con una mezcla de agua y aceite (a partes iguales) y agrega los materiales decorativos que desees. Cierra bien la tapa con pegamento para evitar accidentes.
Beneficios:
Favorecen la observación, el seguimiento visual y la capacidad de atención. Los bebés pueden girar, agitar y observar cómo se mueven los objetos en el líquido, ayudándolos a entender conceptos como densidad y flotación.
3. Pintura comestible: arte seguro para los más pequeños
Materiales:
- Yogur natural
- Colorantes alimentarios
Cómo hacerlo:
Divide el yogur en varios recipientes pequeños y añade unas gotas de colorante en cada uno. Mezcla bien y utiliza la pintura resultante para que los niños dibujen con las manos sobre papel o bandejas.
Beneficios:
Estimula el sentido del tacto y la vista, fomenta la creatividad y es totalmente seguro en caso de que el niño lo lleve a la boca. Además, es una excelente actividad para fortalecer el vínculo entre padres e hijos mientras crean juntos.
4. Camino sensorial: descubre nuevas texturas
Materiales:
- Alfombras pequeñas o mantas
- Papel de burbujas, césped artificial, cartón ondulado, tela suave
Cómo hacerlo:
Crea un camino en el suelo con diferentes materiales, asegurándote de que estén bien sujetos. Deja que los niños caminen descalzos o gateen sobre ellos mientras exploran las texturas.
Beneficios:
Estimula el sentido del tacto en los pies y las manos, y fomenta la motricidad gruesa. Esta actividad también les ayuda a desarrollar una mayor conciencia corporal.
5. Juego con espuma sensorial: suave y moldeable
Materiales:
- Agua
- Jabón líquido o gel de baño para bebés
- Batidora
Cómo hacerlo:
Coloca una taza de agua y media de jabón líquido en un recipiente y bate hasta que se forme una espuma espesa. Transfiere la espuma a una bandeja y deja que los niños la toquen, la moldeen o incluso escondan juguetes en ella.
Beneficios:
Estimula el sentido del tacto y desarrolla la coordinación ojo-mano. También es una actividad relajante que puede usarse para calmar a los niños después de un día activo.
¿Por qué son importantes las actividades sensoriales?
Estas actividades no solo entretienen a los niños, sino que también fortalecen las conexiones neuronales que forman la base de habilidades más complejas como el lenguaje, el razonamiento y la resolución de problemas. Además, permiten a los pequeños expresarse de forma creativa y explorar el mundo de una manera segura y controlada.
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