Si estás aquí, probablemente ya lo hayas intentado todo: le has ofrecido el chupete a tu bebé como si fuera la mejor creación del mundo, pero... nada. Ni siquiera lo mira. Y claro, te preguntas: "¿Qué está pasando? ¿Por qué mi bebé no quiere el chupete?" No te preocupes, ¡es más común de lo que crees! Vamos a desglosarlo paso a paso, para que puedas entender un poco más la situación y quizás encontrar una solución.
1. Cada bebé es un mundo (y tiene sus preferencias)
A ver, lo primero que hay que tener en cuenta es que no todos los bebés son iguales. Al igual que a algunos nos encanta el chocolate y a otros no, los bebés tienen sus propias preferencias desde muy temprana edad. Puede que el tuyo simplemente no sea fan de los chupetes. Y eso está bien, ¡no pasa nada! Algunos bebés prefieren succionar el pulgar, otros se sienten cómodos sin succionar nada extra.
2. El material del chupete importa (más de lo que imaginas)
A veces el problema no es tanto el concepto del chupete, sino el material del que está hecho. Los chupetes vienen en varios materiales: silicona, látex, caucho natural... ¡y los bebés notan la diferencia! Si has probado uno de silicona y no ha funcionado, intenta con otro material. A lo mejor el tacto o el sabor no son de su agrado y cambiar de modelo podría ser la solución.
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3. La forma también puede hacer la diferencia
¿Sabías que existen varias formas de chupetes? Algunos son más redondeados, otros más anatómicos, y algunos tienen una forma ortodóntica pensada para favorecer el desarrollo de la mandíbula. Es posible que el diseño del chupete que estás utilizando no se ajuste bien a la boca de tu bebé. ¡Pruébate con diferentes formas! A veces, pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia.
4. Puede que no lo necesite
Algunos bebés simplemente no necesitan el chupete. Su instinto de succión no es tan fuerte como en otros niños. Esto no es algo malo; de hecho, es genial porque te evitas el drama de quitárselo más adelante. Si tu bebé no está inquieto ni busca constantemente succionar, es probable que no sienta la necesidad de usar el chupete.
5. La edad importa: ¡cada etapa es diferente!
Los recién nacidos suelen tener un instinto de succión muy fuerte, pero este instinto puede variar dependiendo de la edad de tu bebé. Si tu pequeño está muy cerca de los 6 meses o más, es posible que ya esté en la etapa de explorar el mundo con las manos y boca, y no tenga tanto interés en el chupete como antes. A medida que crecen, su atención se centra más en otras formas de explorar el mundo.
6. Podría estar incómodo o molesto
Los bebés pueden rechazar el chupete si están incómodos o molestos por otra razón. Si tu bebé está irritable, con gases, o incluso si tiene alguna molestia en la boca, como los primeros signos de dentición, podría simplemente no querer nada en su boca. Es importante descartar si hay algo que esté causando incomodidad y, si es así, tratar de aliviar ese malestar antes de ofrecerle el chupete de nuevo.
7. Tiempo y paciencia
Puede que simplemente necesite un poco de tiempo. No todos los bebés aceptan el chupete de inmediato, y forzarlos no es la solución. Intenta ofrecerle el chupete en momentos de calma, sin presiones. A veces, los bebés necesitan experimentar con el objeto antes de sentirse cómodos con él.
8. El ambiente también influye
¿Dónde le estás ofreciendo el chupete? Si tu bebé está en medio de una distracción, como en un lugar ruidoso o lleno de estímulos, es probable que el chupete no le interese tanto. A veces es más efectivo ofrecerlo en momentos tranquilos, como antes de una siesta o durante la rutina de dormir, donde el ambiente es más relajado.
9. ¡Recuerda: el chupete no es obligatorio!
Finalmente, es importante recordar que el chupete no es algo obligatorio. Muchos padres y madres se preocupan si su bebé no lo acepta, pero la verdad es que no todos los bebés lo necesitan. Si tu pequeño está sano, feliz y se desarrolla bien, ¡no hay de qué preocuparse! Cada bebé tiene su propio ritmo, y si el chupete no forma parte de su día a día, no hay razón para alarmarse.